EN POCAS PALABRAS
- Francisco Almagro

- 18 dic
- 5 Min. de lectura
Últimos días de la Hacienda
El Mundo según la Involución cubana.

Foto Unplash
Por Francisco Almagro Domínguez
Cuando los historiadores del futuro estudien el proceso involucionario cubano deberán invertir los lentes, imágenes en espejo: lo que se supone debe estar a la izquierda, a la derecha; arriba, abajo, el frente, detrás. La Involución cubana es un ciclón que solo puede girar en contra de las manecillas del reloj. Porque eso y no otra cosa han sido casi siete décadas de andar involucionario: pa’ tras o de lado, como el cangrejo. En esto nos acompaña la geografía insular: es la única Isla que discurre horizontal. Somos, además, el único país comunista apenas a 150 kilómetros de la nación más capitalista del planeta. Mientras las demás dictaduras socialistas, a miles de millas desaparecieron, sigue siendo un misterio por que sobrevive el totalitarismo castrista cuando es una verdad de Perogrullo que hace años desapareció la energía espiritual que animó su comienzo.
El régimen entiende y lo hace todo al revés. Y sus enemigos -e incluso sus amigos- no pueden seguirle el paso. Una economía planificada que cuando del buró del ministro sale una “orientación”, el resto “planifica” a su antojo: “resolviendo”, mintiendo, en leguaje popular inflando globos. La lógica indica que no se pueden llenar de aire tantos balones por tanto tiempo sin tener consecuencias. Sin embargo, la Involución es suertudamente parasitaria: debe a todo el mundo, no paga, y siguen prestándole dinero, condonándole las deudas. Hablan de soberanía, y la moneda que circula con fuerza es la del “enemigo que “bloquea con saña y premeditación”. El adversario en “crisis terminal” es la primera potencia mundial en casi todo, y el régimen debe la subsistencia a la entrada de divisas de ese “criminal bloqueador”.
La gente en Cuba se ha acostumbrado a vivir lo que el régimen dispone. Los seres humanos escogen lo que quieren o pueden comer. En la Isla es “lo que echen” en la bodega. Las cosas “te tocan”. No importa si no gustan, o eres alérgico al gluten. Es el único pueblo donde los vecinos pagan -cuota cederista- para ser vigilados por un “Comité de Indefensa”: una torreta de vigilancia en cada cuadra al estilo panóptico: ellos te ven, tú no los ves a ellos. El chivato de comité tiene rango de héroe porque vive para la delación, incluidos padres, hermanos y amigos. Para desinformarse el seudo ciudadano tiene pocas opciones: algunos canales de televisión, de radio, y un periódico de cuatro páginas a dos caras del tamaño de un cuaderno de notas escolar. Todos calcan la noticia primigenia que sale supervisada de un improductivo “Departamento de Desorientación Involucionaria”. No hay nada que notificar pues los medios son solo órganos de agitación y propaganda como bien los describiera en el siglo pasado el ruso Vladimir Ilich.
Los aeropuertos de Cuba eran los únicos en el planeta que pesaban las maletas para salir a la calle, cuando ya estabas en tierra. Si llevabas sobrepeso para afuera, lo pagabas o se lo dejabas a los oficiales de inmigración en una involuntaria negociación fuera de cámara. Es quizás la única nación donde necesitas pasaporte para entrar a al país de origen, por cierto, uno de los más caros del universo. Una vez dentro te lo advierten: usted debe seguir las leyes como si fuera cubano todavía, no importa la nueva nacionalidad griega, tanzana, india: usted nació cubano y aquí sigue siendo cubano. Hace solo unos años ser cubano “de afuera” te permitía entrar a los hoteles y disfrutar las playas, algo que el cubano “de adentro” no podía ni soñar. Los dueños del país se dieron cuenta de que la billetera del “cubano extranjero” debería ser esquilmada por los “cubanos nacionales” en hoteles semivacíos y restaurantes con comida recalentada.
En política internacional es donde la Involución alcanza ráfagas de huracán. Gracias a los “medios de incomunicación” Ucrania es quien agrede a Rusia. China comunista -subrayado de ellos- es una potencia económica, aunque la mitad de la población en el campo vive en la miseria y las factorías son barracones de semiesclavitud. En Venezuela Maduro ganó las elecciones que perdió según las actas originales por más de un 70 % de votos. En Nicaragua Daniel y su estrambótica esposa hecha vicepresidente por puras glándulas seminales, ganaron la voluntad popular después de meter en la cárcel al resto de los candidatos, y a quienes no pudieron encerrar los declararon “no nicaragüenses”. El gordito norcoreano, comunista de la Idea Juche, hijo y nieto de tiranos, es un buen tipo porque gusta del básquet y la música occidental… lástima del tío, a quien mató con un cohetazo o lo hizo devorar por 100 perros hambrientos. Por supuesto, el Imperialismo norteamericano está al desaparecer como potencia a pesar de los planes para llegar a Marte y la Inteligencia Artificial a todo tren.
El régimen teocrático de Irán no trabajaba bajo tierra en producir bombas atómicas. Era una invención de Naciones Unidas y de los inspectores internacionales. Tampoco los ayatolas son terroristas, aunque los argentinos, israelitas y europeos hayan probado que apoyaban con armas y logística a cuanto radicalismo islámico asomara por sus países. Para los compañeros involucionarios no hay un Estado de Israel, sino uno Palestino -no reconocido por la ONU. Los judíos nunca vivieron allí, las fronteras de los palestinos van del rio Jordán al mar Mediterráneo, lo cual significa que el estado hebreo debe seguir tan errante como hace 2000 años. Sus opositores, Hamas, Hezbolá y otros terroristas son “movimientos de resistencia”. No se habla de la masacre de Octubre 7, de los coches bomba, del sangriento secuestro en Múnich 72 pues son justificadas retaliaciones contra el invasor sionista.
La Constitución de la República, el documento que debe recoger la voluntad popular, y consensuar los intereses de todo el pueblo, dice que el Partido Comunista es la guía, el rector de la sociedad, y que el socialismo, forma de gobierno, es “irrevocable”, es eterno, es pa’ siempre. No vale que solo el 10 % de la población es comunista. Poco importa el restante 90 % en una “democracia” con un solo Partido. El jefe del único sindicato autorizado forma parte de la alta nomenclatura partidista, así como son organizaciones no gubernamentales todos las asociaciones dirigidas y controladas por el Partido. Pero “el Partido no postula” decía el ex Máximo Líder. No hace falta. Las llamadas “comisiones de candidaturas” saben hacer bien el trabajo de purga, de “higienización” de los candidatos en la boleta "por el voto unido".
En estas fechas todo el mundo espera la Navidad, aunque no profese el cristianismo. No solo es un hecho religioso. Es un momento de paz, reconciliación, de amor. En Cuba los dueños de la vida y la muerte de quienes viven allí, decidieron hace muchos años que la navidad era el Primero de Enero. Ese día los salvadores del pueblo cubano llegaron montados en tanques de guerra y no en camellos. No traían incienso, oro y mirra. Traían el sopor de la neblina, la pobreza repartida, las resinas de la corruptela. No venían a adorar al Niño-Dios sino a un “dios” con barba y sed de venganza. Una paloma cagaría en su hombro como señal de haberse equivocado, diría el poeta Alberti. Por eso no hacen falta villancicos en la radio, ni películas con motivos navideños, y menos arbolitos de colores. Solo banderas rojo y negro: muerte y oscuridad.
Los compañeros involucionarios pretenden seguir adelante contra todo lo bello, lo bueno y lo verdadero. Ya llegaron al Siglo XX, pero quieren superarse ellos mismos y llegar al XIX con trapiches tirados por bueyes y lámparas de aceite en los callejones pestilentes. Por lo menos las zafras y los apagones así lo auguran.
Los camaradas de la Continuidad son aburridos, aguafiestas, patéticos. Y todavía tienen la osadía de preguntarse por qué están así.





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