top of page

EN POCAS PALABRAS

  • Foto del escritor: Francisco Almagro
    Francisco Almagro
  • 19 jul
  • 4 Min. de lectura
ree

Foto Unplash


Últimos días de la Hacienda.

La saga: una madre, un hijo.


Por Francisco Almagro Domínguez

Las diferencias entre padres e hijos son parte indispensable del desarrollo humano. Mamíferos al fin, la manera de perpetuar la especie es abandonar el hogar primigenio y buscar nuevos horizontes. El escritor judío así lo refiere en el Genesis: deja tu madre y tu padre y ve a un lugar que yo te mostrare, dice Dios a Abraham -quiere decir padre de muchos.

El Dr. M. Bowen utilizó una analogía tomada del campo medico para hablar sobre el proceso de desprendimiento de la familia original. La palabra que uso fue Diferenciación. En la medida que los hijos nos diferenciamos de nuestros padres nuestras vidas suelen ser más independientes, maduras, creativas. Como reza el dicho: los hijos son más de sus tiempos que de sus padres.

Sin embargo, también la ruptura emocional con los progenitores puede ser disfuncional, y hasta peligrosa. Merecen padres e hijos diferenciarse por ideas filosóficas, costumbres, hábitos e incluso política. Cuando la discrepancia escala a nivel afectivo -padres e hijos no se hablan, y se hacen enemigos a muerte- lo natural deriva en un problema ético; algo anda muy mal en la familia, o en la sociedad toda. Podría enunciarse así: no hay idea política, filosófica, social o económica valida, honesta, si pone en peligro la relación cordial de padres e hijos.

De aquí que en la literatura y la historia la palabra parricida -asesinar al padre- entraña un nivel de inmoralidad suprema. Matar a un hijo, infanticida, es también palabra mayor. En épocas de emperadores y reyes, los parricidios y los filicidios eran eventos frecuentes para ascender al poder. Roma imperial suele ser el ejemplo manido porque se olvida que en los reinos europeos asesinar al padre o matar a uno de los hijos, por acción u omisión, era asunto habitual.

La historia de la descolonización va por ese camino, aunque sin la crueldad de los césares: los hijos nacidos en territorios coloniales a menudo debieron enfrentar la oposición de sus padres, nacidos en la Metrópoli. Sucedió con los padres fundadores de Estados Unidos, con el Libertador Simón Bolívar, y con nuestro José Martí, de lo cual se habla poco, aunque podemos imaginar el disgusto del valenciano Mariano Martí ante el acto de rebeldía temprana de “Pepe”, que le costara cárcel por infidencia.  Por supuesto, antes de partir al exilio como pena conmutada, el joven Martí escribe que “todavía no ha aprendido a odiar”, y escribe a Mariano, a pesar de las enormes distancias políticas y geográficas que los separaban -esta lección la tienen pendiente los comunistas cubanos, quienes se titulan también martianos.         

Puede que en épocas de dictaduras en Cuba padre e hijos hayan tenido diferencias abismales. Pero la Involución cubana tiene la supremacía en el tema de separar a padres e hijos de manera criminalmente estudiada basándose, no faltara razón más absurda, en ideas políticas. No se olvidan las frases de padres e hijos al marcharse del país hace apenas unos años: para mi ese esta muerto. Tener un hijo o un padre viviendo en Estados Unidos era suficiente motivo para no ser “confiable”. El Máximo Capo pedía prueba de lealtad: ni una llamada por teléfono ni una carta.

Pero como la Involución tiene una moral de merengue, en cuanto el colegio necesitó mariposas, los gusanos fueron rebautizados como “emigrantes”. Las cosas han cambiado al punto de que la mayoría de los mayorales tienen a sus hijos en el lugar donde alejaron el amor paternofilial.

Y eso nos lleva al tema más importante de la Saga Feíto: el hijo de la exministra ha declarado que no puede ser responsable de lo que diga o haga su madre, y que tiene una visión opuesta a ella. Aclara el joven que la defenestrada “sigue siendo mi madre”. Así, de pronto, parece una declaración valiente, honesta, moral. Porque… ¿Cuántos de los hijos que viven en Miami no tuvieron un padre militar, policía, dirigente, cuadro cederista o chivato de esquina? ¿Serán culpables los hijos de los pecados -o la coherencia- de sus padres quienes aún defienden la Involución?  Estas son preguntas que deberá tener respuesta en una Cuba futura si no queremos repetir los errores del pasado.

Sin embargo, estamos ante un caso sui géneris. No se trata de un joven que escapa de Cuba en una balsa, o se queda en un aeropuerto. El protegido de su madre, y por la gracia del MININT, tuvo trabajo en dos sensibles campos del régimen: analista de información en DATYS - Dirección de Criptografía del Ministerio del Interior- y en Cubatur – controla el turismo a través de empresas como Gaviota, que opera hoteles, y otras divisiones relacionadas con las Fuerzas Armadas.

No hay evidencias de que el muchacho fuera un opositor ideológico a su madre ni un espía fiduciario. ¿Qué pasará con su vida ahora? Nadie puede decirlo. Por lo pronto, la compañera exministra además de burlarse de la mendicidad cubana, ha puesto el foco sobre su hijo, un bien diferenciado vástago del resto de la población cubana. La vida pijamada de la camarada dependerá de cuanto sea capaz de callarse su hijo; la vida del hijo por acá dependerá de cuanta distancia logre tomar de su madre, y de la suya propia, nada sufrida y muy bien conectada al régimen.   

Este nuevo affaire señala una vez mas la incapacidad del gobierno anterior para manejar la inmigración desde territorios hostiles a los Estados Unidos. Bajo el llamado Parole Humanitario se han “colado” decenas o tal vez cientos de ‘combatientes” dispuestos a dar la pelea por la Involución desde el Dadeland Mall, o sobre un bote en Key Largo. Que los hijos no piensen como los padres y tengan el derecho a buscar una nueva vida debe ser respetado. Casi siempre es un proceso. La crisis se remedia al regresar el lado afectivo, el indestructible vínculo paternofilial. El mismo vinculo por el cual miles y miles de hijos y padres cubanos jamás se volvieron a abrazar.                                   

 

      

 

 

 
 
 

Comentarios


Contacto

Thanks for submitting!

© 2023 by Train of Thoughts. Proudly created with Wix.com

bottom of page