EN POCAS PALABRAS
- Francisco Almagro
- 27 jul
- 4 Min. de lectura
Foto Unplash
La “Guerra Cognitiva”.

Por Francisco Almagro Domínguez
Cualquiera que en la Isla esté dispuesto a escribir sandeces y mentiras para apoyar al régimen que controla con mano de hierro a su propio pueblo, tiene espacio en los medios oficiales, los únicos permitidos. No puede ni habrá, mientras los comunistas estén en el poder, y es una realidad histórica y universal, oírse o leerse una voz disidente, ligeramente contestaria. El Internet, la masiva emigración de intelectuales y profesionales hasta hace poco encandilados por la propaganda y las prebendas, y una situación económica y social desastrosa son los “culpables” de lo que han llamado “guerra mediática”, o ahora -con una creatividad que asusta- “guerra cognitiva”.
Como el tema toca de cerca a quien escribe, no hay manera de quedarse callado ante tanta infamia y “creatividad mentirosa”. He aquí esta perla de un escribidor exagente de la policía política: “Para intentar justificar el crimen contra las familias cubanas, recurren a su expediente de guerra cognitiva, reforzando mecanismos de acción para influir en la forma de pensar de la población, utilizan los últimos avances tecnológicos, y en una abierta e implacable ofensiva mediática vierten y siembran el odio”.
La primera línea intenta acusar al victimario de ser víctima. Es sabido que las familias cubanas padecen de algo parecido a un secuestro. En una época se les impidió hasta comunicarse con sus seres queridos. Hoy se usan de manera desvergonzada para que envíen dólares, alimentos, y medicinas que son incapaces de proveer a los cubanos de la Isla. Las flexibilizaciones para la entrada de paquetería y remesas hablan de una hipocresía absoluta: sin la ayuda de los “gusanos” el “crimen” contra las familias cubanas seria indescifrable. Sobre el “bloqueo” solo hay que decir que todo el pollo, los huevos, y otros enseres provienen del país bloqueador.
Después el amanuense se interna en una berenjenal clínico-ideológico cuando escribe “guerra cognitiva” sin saber de la misa la mitad. Las cogniciones son ideas que por estar vinculadas a emociones se internan en la profundidad de los seres humanos y se expresan en conductas. Las cogniciones son procesos de aprendizaje y resolución de problemas. Está por escribirse un interesante capítulo sobre como la Involución desarrollo en Cuba una verdadera guerra cognitiva contra la población de manera que cambiaron en muy breve tiempo la forma de pensar y de sentir para después modificar conductas y relaciones sociales.
Como el cambio cognitivo comienza con una fuerte emoción seguido de una información alternativa -disonancia cognitiva-, el régimen inicio su peregrinaje de reprogramación cognitiva con fusilamientos masivos, encarcelamiento de opositores, y restricciones a las libertades fundamentales. Como si operaran sobre una secta, injertaron una historia alternativa bloqueando toda información contraria. Hoy los chicos, y los no tan jóvenes, serian incapaces de citar los presidentes de la República, o algún sitio emblemático de aquella época. La disonancia -ruido- trajo la reprogramación psico-social del ciudadano. Solo que, como todo proceso de aprendizaje, necesita reforzadores. Y la Continuidad es tan ineficiente e ilegítima de origen que debe recurrir a una suerte de reciclaje funerario: las “enseñanzas” del Ex Máximo Líder, o Reprogramador en Jefe.
Escribiendo de más, el copista asegura que se han reforzado los mecanismos para influir en la forma de pensar de la población. No sé qué debe pensar una madre que no tiene comida para sus hijos, un anciano cuya jubilación apenas alcanza, un joven sin futuro, un profesional cuya vida útil termina siendo miserable. ¿Será que los comunistas cubanos leen a Marx al revés? ¿El hombre debe hacer política y después pensar en un techo, alimentarse, recrearse?
Por último, el temerario columnista menciona los medios tecnológicos modernos, y una “implacable” ofensiva mediática. Quizás tenga razón en la parte tecnológica. La televisión y la radio, cadenas multimillonarias, están perdiendo la “guerra” ante los medios más sencillos como los Facebook lives, influencers, y otros. Ninguna dictadura actual puede controlar toda la información sin pagar un alto precio, excepto el impresentable y asesino régimen de Corea del Norte. Cada individuo es un periodista potencial; con un teléfono en la mano y una computadora en segundos trasmite la noticia al otro lado del mundo.
Claro, señor comisario que hay una implacable ofensiva mediática. Es la voz de los que no podían expresarse hace algunos años, y sufrían cárcel y destierro por hacerlo de manera pacífica. En casi ninguno anida el odio, a no ser que estemos ante un espejo. El odio es el que han sembrado los compañeros comunistas en la mayoría de la población cubana durante más de medio siglo. Y esa enemistad hacia el “enemigo propiciatorio”, es un bumerang cuando nuestros compatriotas descubren donde está la verdad, donde el engaño y la manipulación.
¿Por qué no abrir un dialogo con todos, los de aquí y los de allá, al final, el verdadero pueblo, no un Partido, una ideología por demás fracasada? ¿Por qué no dejar que medios alternativos penetren la Cortina de Bagazo? Ellos saben bien la respuesta: no son queridos por casi nadie. Han perdido la “guerra cognitiva”, y como diría el Reprogramador en Jefe, no se da una pelea que se sabe perdida.
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