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EN POCAS PALABRAS

  • Foto del escritor: Francisco Almagro
    Francisco Almagro
  • 1 ago
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Últimos días de la Hacienda:

El efecto Dunning-Kruger

Ingenio de Santa Teresa Agüica, Cuba, 1857. WIKIPEDIA
Ingenio de Santa Teresa Agüica, Cuba, 1857. WIKIPEDIA

Por Francisco Almagro Domínguez

Las personas medianamente inteligentes siempre se han preguntado por que habiendo en Cuba tantos excelentes economistas, sociólogos, filósofos e historiadores, la Isla avanza -oxímoron permitido- en un proceso de involución. Síndrome del Cangrejo,  o “caminar pa’ tras” como diría el guajiro, lo cierto es que va desapareciendo todo lo conocido desde siglos: el deporte nacional, las tradicionales comidas cubanas, la literatura potable, las aceras y los balcones coloniales, la pecadora nocturnidad habanera, y la bodega de la esquina donde el abuelo hacía reír al barrio.

Una explicación muy lógica y trillada es que la Involución cubana en su iconoclasta fundamento de cambiarlo todo, siempre ha priorizado la política sobre la economía. Diríase más: la voluntad de un individuo o un pequeño grupo sobre el bienestar de los demás. Y es algo de lo cual deberemos desprendernos algún día pues esa deriva totalitaria no es privativa del comunismo tropical. Sabemos que nos viene de la Península, cobró peaje en las guerras de independencia, y en la Republica.

Entiéndase política no como el concepto aristotélico de “polis” que define como se organiza la ciudad y el gobierno, sino la centralización de las decisiones y el orden vertical de la regencia. La política en el feudalismo seguía esa estructura de arriba hacia abajo, y los totalitarismos, que no son otra cosa que sistemas neo-feudales -más poderosos, más extensos y peligrosos- siempre priorizan el mantenimiento del poder absoluto por encima del bienestar de los súbditos.

Solo cuando el poder político se ve amenazado por su propia ineficiencia, flexibiliza las restricciones al mercado y las libertades. Esa fue, en parte, la causa de la transición de la sociedad feudal a la capitalista: se vio superado el primero por su inoperancia, y la emergencia de otra forma de relaciones humanas y productivas superiores por el segundo.  Eso es lo que ha deparado el destino a las organizaciones totalitarias neofeudales de los últimos cien años: ser el camino más largo y sangriento de vuelta al capitalismo. 

De regreso a la pregunta inicial, respondida con perogrulladas, ¿saben los señores feudales comunistas que el sistema es ineficaz, caduco, no reformable? Por supuesto que los máximos responsables de la Hacienda, que son muy pocos, lo saben muy bien. Y ellos mismos están atrapados en el dilema reforma-perdida del poder. ¿Hasta donde ceder en libertades al Barracón sin perder el control? ¿Hasta dónde invertir en el ingenio y humanizar la producción -¡la máquina de vapor!- sin conceder a los cautivos prebendas innecesarias, perder el tesoro acumulado en los bancos de la Gran Ciudad?

La respuesta la tiene un personaje llamado Mayoral. Generalmente no suele ser un hombre rico, pero goza de libertades e incluso dinero que lo colocan, sin serlo, muy cerca del poder real. Es el Eslabón Encontrado entre el pequeñísimo grupo dueño de la Hacienda, y el resto de la dotación, que incluye, por supuesto, los rancheadores, brazo secular del Señor. Nada estaría completo si faltara una justificación ideológica-filosófica para semejante explotación: la religión. Es voluntad de Dios, decían los dueños de la Hacienda, que se haga en la tierra lo que estamos haciendo.

Para comprender lo que sucede en la Hacienda-Cuba con la llamada Continuidad este es un buen marco referencial. Los actuales “lideres”  de la Continuidad no son otra cosa que mayorales del Siglo XXI, Eslabón Encontrado cuyo papel no es otro que mantener el control de lo que, a todas luces históricas y sociológicas, parece imposible. Con el manual cuasi religioso del Castrismo, y las aleyas del Máximo Líder, poseen la “verdad” filosófica que justifica el desastre.

La pregunta entonces viene a ser la misma. Los neomayorales continuistas, ¿se creerán con poder de verdad? ¿Se sentirán capaces a pesar de que los resultados son desalentadores? Y habría que decir que sí. Se llama Efecto Dunning-Kruger. Estos dos psicólogos definieron en 1999 un complicado mecanismo psicológico por el cual personas incompetentes, sin preparación suficiente, asumen tareas, responsabilidades superiores a su capacidad y pierden la crítica ante los fracasos.

Por supuesto, el Efecto Dunning-Kruger es aplicable a todas las esferas profesionales, algunas más delicadas que otras.  Pero en el terreno que nos ocupa, tener a personas con estas características al frente de un país, aun cuando no están a cargo de decisiones fundamentales, es una desgracia. Este modelo explicaría, en parte, las decenas de remociones de secretarios del Partido Único, gobernadores, ministros y viceministros.

Una explicación plausible para este sesgo cognitivo -distorsión del pensamiento- es una deficiente formación cultural y sobrestimada autovaloración. Los mayorales continuistas nunca vivieron el capitalismo, con sus luces y sombras, y sobre todo, la sabiduría que da pagar por los errores. Para ellos el mundo real es la irreal sociedad involucionaria cubana, a la cual, además, consideran sino perfecta, reformable. Su cultura, en general, se reduce a las publicaciones y el arte que el régimen comunista ha dejado entrar a la Isla. No han vivido un parlamento que se les enfrenta, a veces con violencia. Jamás fueron a una elección libre. No se han sometido a una encuesta para saber el nivel de aprobación que tienen entre la población.  

Con toda lógica habría que pensar que esa generación de neomayorales que cuidan de la Hacienda bajo el nombre de Continuidad están atrapados por el efecto Dunnnig-Kruger: se lo creen de verdad. Necesitan creérselo para poder salir a la calle todos los días y ver como nuestro país se desmorona poco a poco, y siguen con el mismo discurso. De otra manera podría decirse que van sobrados de hipocresía y maldad.  Pero esas notas ya corresponderían a otro escribidor.                                            

 
 
 

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