top of page

EN POCAS PALABRAS

  • Foto del escritor: Francisco Almagro
    Francisco Almagro
  • 1 oct
  • 4 Min. de lectura


Últimos días de la Hacienda

¿Por qué te vas?

ree

 

Hoy en mi ventana brilla el Sol

Y el corazón se pone triste contemplando la ciudad

Porque  te vas

 



Fotograma de Cria Cuervos


Por Francisco Almagro Domínguez


A finales de la década del 70, la película de Carlos Saura Cría Cuervos (1976) atrajo la atención de público y crítica. Hoy es considerado uno de los mejores filmes españoles de todos los tiempos. La canción Porque te vas, sirve de apoyatura a la película. Fue interpretada por la inglesa naturalizada española Jeanette, y se convirtió en un éxito mundial. Es una canción pegajosa y triste a la misma vez, rara combinación de melodía y lirica sentimental:

Hoy en mi ventana brilla el Sol

Y el corazón se pone triste contemplando la ciudad

Porque te vas

Pareciera como si a la niña se le acabara el mundo porque alguien se marcha. Entre otros versos dice que los recuerdos y las promesas se irán con quien se larga; que llorará igual que un niño, como suelen hacerlo quienes aún no entienden de juicios.  Sin duda José Luis Perales, el autor, hizo de este himno infantil una revelación del dolor de las ausencias. Pero qué tal si al estribillo ponemos interrogantes, y en vez de la respuesta tenemos la pregunta ¿Por qué te vas? Sería la lógica interpelación a cada cubano que durante más de sesenta años ha abandonado su tierra. Los primeros esperanzados en un pronto regreso. Los últimos, negados a todo retorno. Cementerios y factorías del sur de la Florida testigos de una emigración que no acaba, y un país, Cuba, que dejado de extrañar a los que se fueron.

La indagación ha cambiado con el tiempo. Hace más de medio siglo había un par de razones para irse: salvar el pellejo, o haberlo perdido todo. Los primeros, culpables o no, sabían que iban a enfrentar juicios sumarios sin el debido proceso; los segundos vieron evaporarse la bodega, la finca, el taller que los abuelos levantaron desde los cimientos. Ambos se enfrentaron en el exilio a un dilema: quienes combatieron al régimen de Batista y los batistianos, todos unidos en un solo destino: volver a Cuba, recuperar sus bienes, venganza y odios pospuestos.  

Pero ya entrados los setenta, la Ofensiva Involucionaria cobrado peaje, no había otras causas para marcharse que la aversión ideológica al comunismo, con la sabida  perdida de derechos y libertades. De modo que la salida —Definitiva, recordaban los papeles— no tenía la urgencia de los salvamentos, sino el rencor de las prisiones, y el dolor de una espera demasiado larga. Nada, excepto casas y un viejo automóvil, eran las únicas pérdidas entonces. A la pregunta ¿Por qué te vas? no había mucho para responder excepto la muy importante razón de la carencia de libertad. Quizás eso explique en parte la combatividad del llamado exilio histórico, el de los sesenta y setenta: era dolor, y no en el estómago, sino en el alma.  

El éxodo del Mariel marca un hito histórico. La interrogante ¿Por qué te vas? fue respondida por el mismo régimen: “te vas porque no te quiero, no te necesito”. Una verdadera deportación masiva -¡eso sí que fue deportar míster Trump!. Los expulsados del paraíso socialista eran “ilegales” ideológicos: locos, homosexuales, rateros de baja estofa, el conspirador de esquina, el fanático de La Voz de las Américas. Para darle un toque todavía más cruel, y curvar el entusiasmo de quienes deseaban irse, ordenaron los “mítines de repudio”, émulos de los pogromos fascistas: no te iras así, sin tu huevo por la cabeza, sin la mala palabra en el oído, sin el golpe, o el susurro.   

La pregunta ¿Por qué te vas? en los noventa es más digestiva que filosófica, de aquí que el exilio no tenga, mayoritariamente, otras respuestas que alejarse de los apagones, huir del “Soyalismo”, la bicicleta por todas partes y la avitaminosis carencial. Por primera vez se hablaba de “exilio de terciopelo” porque antiguos sicarios y exdirigentes se transformaban en empresarios en el extranjero. Una suerte de me voy pero me quedo. Durante el mal llamado Periodo Especial la fuga por estos dos boquetes del Muro de Bagazo comenzaron a reverenciarse desde el poder. Los tiradores de huevos -que ya escaseaban- y los susurrantes, ahora comprendían a quienes se marchaban. Hubo despedidas en las sombras. Y también fiestas con la presencia oscura de algún cederista destacado. A coro, ahora:         


Todas las promesas de mi amor se irán contigo

Me olvidarás, me olvidarás

Junto a la estación, hoy lloraré igual que un niño


En los últimos 25 años, la pregunta ¿Por qué te vas? de los que se quedan tiene visos de envidia y de angustia. Ahora quienes se duelen con la partida son los que se quedan. Algo como “me dejas, te olvidarás de mí”. Y si las encuestas son ciertas hay más de un 80 % que se pregunta en medio de un apagón ¿por qué no me fui antes?. La peculiaridad de este nuevo éxodo es que además de ser promovido por el régimen para garantizar una fuente de dólares desde el exterior, en vez de castigos hay estímulos: desapareció la tarjeta blanca con “Salida Definitiva””, se puede vender la casa, cero acto de repudio. La respuesta del casi millón de cubanos escapados en los últimos 3-4 años a través de la “balsa terrestre” es simple: allí no se puede vivir. Solo a un orate -o a un rollizo dirigente- se le ocurría preguntar: ¿Por qué te vas?  

Aún recuerdo un colega que en la puerta de mi casa se llevaba mi biblioteca médica y otros títulos, verdaderos clásicos atesorados por la familia en el campo de las ciencias clínicas. Sería mi regalo de despedida. La ofrenda de amor y respeto de quien se marcha quizás para siempre. Era y tal vez siga siendo militante comunista, con algún cargo en su centro de trabajo. Nos unía la amistad y ser médicos, más allá de diferencias ideológicas, y existenciales. Antes de voltear la espalda, se detuvo del otro lado de la reja del jardín.    

—¿Y por qué te vas? —preguntó con voz apagada, sin brillo en los ojos.    

No dije nada. No tenía nada que decir en ese momento. O tenía tantas cosas que arruinaría el adiós. Espero que con el tiempo haya encontrado la respuesta que buscaba.  

 


 
 
 

Comentarios


Contacto

Thanks for submitting!

© 2023 by Train of Thoughts. Proudly created with Wix.com

bottom of page